Por Mathy Stanislaus
Temprano en la mañana del 22 de diciembre de 2008, hubo una avería en una represa de la Autoridad del Valle de Tennesse en la Central Eléctrica de Combustibles Fósiles de Kingston cerca de Knoxville, la cual derramó 1.1 mil millones de galones de lodo de cenizas de carbón sobre un área de unos 300 acres. Las cenizas inundaron el río Emory y cubrieron las casas, las cuales pusieron en riesgo la salud de la gente y el medio ambiente. Hubo una ruptura en una importante tubería de gas, varias casas fueron destruidas y un vecindario cercano fue evacuado. Las cenizas de carbón son desechos producidos de la generación de energía a base de carbon, y contienen elementos tóxicos como mercurio, cadmio y arsénico. Esto constituye riesgos significativos a la salud si penetra el abastecimiento de agua potable o se mezcla con el aire que respiramos.
Hoy, la administradora Gina McCarthy firmó una nueva norma para ayudar a asegurar que esto no vuelva a ocurrir y que las cenizas de carbón se manejen de manera segura. Esta nueva norma protege las comunidades de las fallas en los embalses de cenizas de carbón, como la falla catastrófica de Kingston, Tenn., así como de derrames y establece salvaguardias para prevenir la contaminación del agua subterránea y las emisiones de aire de la disposición de las cenizas de carbón.
Después del derrame de Kingston, lanzamos un esfuerzo nacional para determinar cómo podríamos proteger a las comunidades de los costos ambientales y económicos en caso de que ocurriera otro derrame de cenizas de carbón. Evaluamos la integridad estructural de más de 500 embalses superficiales y otras estructuras donde se almacenan las cenizas de carbón. Comenzamos con los embalses que tienen el mayor potencial de daños en caso de que estos fallaran. También estudiamos extensamente los efectos de las cenizas de carbón en el medio ambiente y la salud pública y evaluamos más de 450,000 comentarios sobre nuestra norma propuesta, escuchamos los testimonios en ocho audiencias públicas y revisamos comentarios acerca de las notificaciones de nuevos datos y análisis.
La norma nueva fue formulada conforme a nuestros hallazgos en este proceso. Esta requiere que los embalses y vertederos sean inspeccionados regularmente para determinar su seguridad estructural, y monitorear las aguas subterráneas cercanas para identificar señales de fugas. Los dueños de centrales eléctricas serán requeridos de proveer actualizaciones regularmente sobre su cumplimiento. También tendrán todavía la oportunidad de reciclar las cenizas de carbón, lo cual les ahorra los costos de disposición mientras reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y la cantidad de otros recursos que utilizamos.
Las comunidades y los estados desempeñarán un papel en la implementación de la norma nueva, también. La gente podrá obtener información con mayor facilidad acerca de los embalses de cenizas de carbón cerca de sus hogares. Los estados trabajarán con nosotros para crear sus propios planes para implementar los nuevos requisitos.
Estamos comprometidos con mantener las comunidades seguras de otros derrames de cenizas de carbón. Esta nueva norma ayudará a asegurar que los derramos como el ocurrido en la central de Kinston nunca volverán a suceder.
Infórmese: http://www2.epa.gov/coalash
Acerca del autor: Mathy Stanislaus es el administrador adjunto de la Oficina de Desechos Sólidos y Respuesta a Emergencias (OSWER, por sus siglas en inglés).